Menú
Ante todo, tratamos de ser buena gente.
Además de eso, quizás te hayas fijado en nuestro logo. Si no, es el momento…
Sí, pone 7A, y no es la dirección de un piso, sino el número de generaciones boticarias en nuestra familia, siempre vinculados al medio rural en Aragón.
A través de tres siglos, nuestra tradición por la vocación farmacéutica ha superado, seguramente, las expectativas del primer Andreu que decidió coger un mortero, papel y bolígrafo (o pluma), y estudiar los efectos beneficiosos para la salud de ciertas plantas.
Casi al modo de aquel indio con dolor de muelas que mordió una vez la corteza de un sauce blanco (Salix alba) y descubrió que eso lo calmaba. No sabía que había descubierto el ácido salicílico (que después se convertiría en ácido acetilsalicílico y que unos alemanes comercializarían como Aspirina), pero tenía esa curiosidad por probar y equivocarse para conseguir resultados diferentes ayudando a los suyos.
El primer Andreu boticario no sabía lo que había iniciado, pero los que vinimos después intentamos continuar esa devoción por mejorar la vida de las personas con la misma ilusión.
Ese pionero fue Josep Andreu, nacido en 1760. Después, vendría su hijo, Raimundo Andreu, y después, a su vez, el hijo de este, Mariano Andreu. A partir de Mariano vienen cuatro generaciones seguidas de Alfredos: Alfredo Andreu Salamero, Alfredo Andreu Morera, Alfredo Ángel Andreu y Fauquet y, ya lo habréis adivinado, Alfredo A. Ríos.
Sí, en nombres no hemos sido originales.
Puede parecer que para llegar a 7 generaciones de boticarios nos han obligado en casa a estudiar farmacia, pero nada más lejos de la realidad. Lo cierto es que cada Andreu ha tenido su manera de entender la vocación boticaria. Lo que compartimos, eso sí, como tantos otros farmacéuticos, es haber mamado ese ambiente de rebotica desde pequeños. Pero, después, cada uno ha ejercido con su propia idiosincrasia. Al fin y al cabo, entendemos la farmacia como un espacio sanitario, pero también un negocio que debe adaptarse a cada época.
Habrán cambiado las épocas, la manera en cómo llevamos el pelo o el sistema político en el que vivimos, pero seguimos fieles a unos valores que se han destilado generación a generación: honestidad, consejo basado en la evidencia científica actualizada y un compromiso con nuestros pacientes/clientes como si fueran de nuestra familia.
>A diferencia de lo que decía Groucho Marx, lamentamos no tener otros.
Y, volviendo a nuestro logotipo, habrás visto el 7A aparece junto a una copa con una serpiente. Este elemento es la ‘copa de Higía’, que refleja nuestra idea de reflejar la tradición por la vocación sanitaria en nuestra familia. ¿Sabes de dónde viene este símbolo? Si la respuesta es no, te lo explicamos:
El símbolo más universal de la Farmacia es la copa con la serpiente enroscada, la copa de Higía. Y todo esto viene de los pioneros en materia científica: nuestros antepasados los griegos. Así, la Medicina adoptó la forma en que la mitología griega representaba al dios médico Esculapio —el bastón nudoso con la serpiente— como emblema, y la Farmacia hizo lo propio con Higía, la diosa de la salud.
Al principio se representaba a la misma diosa Higía (algunos textos académicos se refieren a ella como Higea) con una serpiente enroscada en su brazo. Pero, más tarde, se cambio la figura de Higía por una copa o cáliz que llevaba su nombre. A ese cáliz, en donde se encuentra la materia prima que ofrece la naturaleza, se asoma la serpiente para verter su veneno infundiendo a esa sustancia del cáliz la dynamis, es decir, la virtus indispensable para transformar la posis (bebida) en pharmacon (medicamento).
En otras palabras, la serpiente simboliza el arte del farmacéutico, domeñando mediante su conocimiento la sustancia natural y convirtiéndola en remedio eficaz para la salud.
La primera vez que se usó como emblema de la Farmacia fue en 1222. ¿Y cómo se sabe si no se tienen fotos que lo demuestren? Pues porque fue grabado en el estandarte de la Corporación de Boticarios de Padua que, como iban cortos de florines (moneda de la época), tiraron de mitología para ahorrarse costes en agencias de publicidad.
Si es que la mitología nos resuelve tantos problemas…
Ars cum natura ad salutem conspirans
(El arte colaborando con la naturaleza en pro de la salud)
Este es el lema que preside nuestras puertas de entrada a la botica. Da la bienvenida a nuestros pacientes con las palabras que es un tipo de inscripción muy usada tanto por la Farmacia como por la Medicina. El arte de la ciencia, el conocimiento probado y contrastado, se conjura con la naturaleza ciega dotándola de un nuevo valor: lo que antes era inerte o veneno, ahora, cura.
Ése es el milagro de las ciencias de la Salud. Y a ella nos sentimos felices de pertenecer.
En 2023, Alfredo lanza HÁBITO NUTRICIÓN, una newsletter que recoge todo lo aprendido en cientos de horas de consulta de nutrición.
Cada vez hay más demanda por recuperar la salud perdida y la puerta de acceso suele ser el peso.
Llega un punto que nos decimos: «basta ya, esta no soy yo».
«No me reconozco con estos kilos».
Eso es el síntoma de que nuestra salud no va por muy buen camino.
En esta newsletter envío varios correos a la semana
Obviamente cualquier persona con un cerebro en propiedad sabe que esto no es spam sino una forma gratuita de mantenerse al día de lo último de nutrición e inspirarse con estrategias y consejos para transformar su salud.
Puedes unirte a los cientos de personas que ya están dentro escribiendo tu mail aquí debajo:
Financiado por la Unión Europea – Next GenerationEU